Nos hemos equivocado tantas veces. Como sociedad, digo. El instinto animal social debe ser el instinto más tonto de todos. Errores que, en vez de marcar un aprendizaje, marcan el futuro camino a seguir. Un sendero cíclico y tortuoso del que no podemos escapar. Nos hemos acostumbrado a caminarlo. Vemos nuestra vida pasar por los mismos paisajes por los que pasaron nuestros padres y por donde gatearán nuestros hijos y nietos. La tecnología, los medios de transporte, la medicina y las urbes mutan constantemente. Los discursos no. Desde Galileo hasta Bill Gates, la mierda se fue transformando pero siempre tuvo el mismo olor. La mierda sigue tapando retretes, ministerios, juzgados, cárceles, hospitales, plazas, quintas presidenciales, países enteros y, lo peor de todo, cerebros. La memoria colectiva es tan frágil como la del protagonista de la película Memento. Hace un par de días, en nuestro país celebramos el día de la memoria. Un día para reflexionar. ¿Los 364 restantes? Nos quitan el sueño la Sociedad Rural Argentina, el Papa o Susana Gimenez. ¿Las conclusiones? Si existen, no las encontraremos mirando TN.EYES ON
LOS ABRAZOS ROTOS // Errática, híbrida, caprichosa y obvia. Antes que nada, es muy notable
la ciega subjetividad con la que tanto el público como la crítica aquí en España le chupa las medias y se rinde a los pies de Pedro Almodóvar y su mayor musa: Penélope Cruz. El director es aclamado como si fuera un consagrado deportista, aún más que Rafael Nadal. Por otro lado, el oscar a mejor actriz de reparto que se llevó la hermosa Penélope hace un mes atrás, fue exaltado por la prensa como una gran hazaña y lo celebraron casi al mismo nivel que cuando la selección de fútbol de este país se alzó con la copa de Europa el año pasado. Bajo este contexto de "orgullo nacional" me fui al cine a ver Los Abrazos Rotos (2009), última entrega del director manchego. Algunos medios la llaman "la película más ambiciosa" de Almodóvar. Nunca entendí muy bien el término "ambicioso" utilizado en la crítica, pero en la mayoría de los casos me suena a "esto no me cierra, no lo entiendo muy bien o no me gusta, pero no puedo hablar mal de este tipo... entonces le pongo que tuvo muchas ambiciones". No va a ser este el punto de vista de Kakkerias. Aquí van mis adjetivos: Los Abrazos Rotos es una película errática, híbrida, caprichosa y obvia. ¿Por qué? (SEGUIR LEYENDO)
la ciega subjetividad con la que tanto el público como la crítica aquí en España le chupa las medias y se rinde a los pies de Pedro Almodóvar y su mayor musa: Penélope Cruz. El director es aclamado como si fuera un consagrado deportista, aún más que Rafael Nadal. Por otro lado, el oscar a mejor actriz de reparto que se llevó la hermosa Penélope hace un mes atrás, fue exaltado por la prensa como una gran hazaña y lo celebraron casi al mismo nivel que cuando la selección de fútbol de este país se alzó con la copa de Europa el año pasado. Bajo este contexto de "orgullo nacional" me fui al cine a ver Los Abrazos Rotos (2009), última entrega del director manchego. Algunos medios la llaman "la película más ambiciosa" de Almodóvar. Nunca entendí muy bien el término "ambicioso" utilizado en la crítica, pero en la mayoría de los casos me suena a "esto no me cierra, no lo entiendo muy bien o no me gusta, pero no puedo hablar mal de este tipo... entonces le pongo que tuvo muchas ambiciones". No va a ser este el punto de vista de Kakkerias. Aquí van mis adjetivos: Los Abrazos Rotos es una película errática, híbrida, caprichosa y obvia. ¿Por qué? (SEGUIR LEYENDO)EARS ON
BLACK LIPS // Desprolijidad que va madurando. El disco al que le aprete más veces el botón de play esta semana en mi mp3 player es: 200 Million Thousand (2009), último trabajo de estudio 
de los extravagantes Black Lips. Trillado, psicodélico, crudo... así suenan estos delirantes oriundos de Atlanta. Famosos por sus escandalosas presentaciones en vivo donde se ponen en pelotas, mean a la gente y se besan entre ellos (hace poco tuvieron que huir de India para que no los metieran presos luego de un concierto); Black Lips tiene todos los ingredientes de una banda punk tradicional. Esto es sólo una cuestión de actitud juvenil porque en lo que respecta a sus canciones, apuestan a la psicodelia y a un sonido más vintage (SEGUIR LEYENDO)
de los extravagantes Black Lips. Trillado, psicodélico, crudo... así suenan estos delirantes oriundos de Atlanta. Famosos por sus escandalosas presentaciones en vivo donde se ponen en pelotas, mean a la gente y se besan entre ellos (hace poco tuvieron que huir de India para que no los metieran presos luego de un concierto); Black Lips tiene todos los ingredientes de una banda punk tradicional. Esto es sólo una cuestión de actitud juvenil porque en lo que respecta a sus canciones, apuestan a la psicodelia y a un sonido más vintage (SEGUIR LEYENDO)"Living is easy with eyes closed"
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