A las 22 hs, PRE-ESTRENO de
Quentin Tarantino -
GRINDHOUSE: a prueba de muerte (EE.UU., 2007) -
Int.: Kurt Russell, Rosario Dawson -Si hasta ahora las películas de
Tarantino han bebido de todo tipo de cine, basculando alternativamente entre el cine negro, el blaxploitation, el cine asiático más esquizoide de los últimos años, el lado más guasón de la nouvelle vague (que para el lado aburrido y sosón ya hay imitadores de sobra) y también el más negro, en
Death Proof añadimos al coctel el “género” de persecuciones de coches (¡mucho cuidado!), que en el fondo es otro más de los gén

eros chuscos que devoraba en su infancia de los que siempre toma algún que otro préstamo, y donde como dice
Stunt Mike (
Kurt Russell encarnando un auténtico malvado de libro, en otro de los papeles de su vida, junto con los que le regalara
John Carpenter hacía ya demasiado), coches de verdad se chocaban contra coches de verdad y la infografía no existía ni en las peores pesadillas de los especialistas (stunts) como él, y un digno homenaje a lo que hacía
Russ Meyer ya en los sesenta como por ejemplo en
Faster Pussycat Kill Kill, que mezclaba escotadas chicas, guerreras y de las otras, con persecuciones por el desierto a toda velocidad, y a la que esta
Death Proof debe más de una ronda.
Argumentalmente este nuevo delirio
tarantiniano es más nimio incluso que esa otra maravilla titulada
Kill Bill, pero como siempre, la película goza de una factura técnica que debería hacer sonrojar a
Robert Rodríguez, artífice de la simpática
Planet Terror, la otra parte del pack, un pack que fuera de los EE.UU. hemos visto por separado, con los metrajes ampliados en cada una de sus partes. El hecho de que la película de
Tarantino esté alargada en cerca de media hora respecto a la versión original de
Grindhouse ayuda a que el director de
Knoxville pueda incluir unos cuantos más de esos diálogos intrascendentes y a la vez inolvidables, ya sean sobre los masajes en los pies, o sobre lo que tiene que hacer una de las protagonistas cuando algún borracho (pero sexy) le invite a una copa y le recite un pequeño poema.
Ya había ganas de comulgar de nuevo con un
Tarantino en estado puro, tal vez un poco más narcisista que de costumbre, autoreferenciándose en un par de ocasiones (el politono del móvil de una de las protagonistas que irrumpe con el ya famoso
Twisted Nerve, o el más discreto y agradecido guiño de la pareja de policías padre e hijo que ya aparecieran en
Kill Bill en el escenario de la boda ensangrentada), pero a la postre cine de entretenimiento puro y duro que nos permita durante dos horas olvidarnos de todo lo demás, y a la vez cine de calidad, que nos permita seguir recordando lo visto durante bastante más de dos horas después. Pero reconozco que soy un fanático y que no hay que hacerme demasiado caso.
Por Sergio Vargas, Miradas de Cine, Nº 66, 9/2007.
No sólo copiamos para pegar escritos de otros, sino que además buscamos el trailer de la película para dejarlo colgado en nuestro blog y quedar como que re laburamos...