05 agosto 2008

Hoy en el Cine Club -España 401; 20hs -

La boda de Tuya, como su título indica, gira en torno a la boda de la protagonista, impulso y broche del metraje. Bajo la forma del drama romántico al uso, esta historia de amor a tres, transcurre, en cambio, en un escenario poco usual como es la desértica estepa Mongol. La historia de Tuya nos cuenta las vicisitudes por la que pasa una mujer que tiene que enfrentarse a un mundo lleno de adversidades en el que tendrá que hacerse cargo de un marido impedido, dos hijos y el ganado del que viven, hasta el momento en el que sus fuerzas mermen y tenga que buscar una solución desesperada: encontrar un segundo marido que se haga cargo del primero y le ayude a llevar las tareas cotidianas que ella ya no puede realizar. Tuya tiene cualidades de sobra para conseguir aquello que se propone ya que aún es joven, guapa y resuelta. Pero como en todo film romántico que se precie por muy exótico que resulte el escenario o los personajes, el amor tiene la última palabra. Enmarcada en un paisaje de una belleza abrumadora, la historia se desarrolla amablemente combinando el humor, las situaciones equívocas, los celos, la amistad y el amor.
Rodada con encanto, la película de Wang Quan'An ganadora del Oso de oro del último festival de cine de Berlín, nos recuerda a películas como La historia del camello que llora (2003) y El perro mongol (2005) dos películas que partían de un pequeño acontecimiento para mostrar el modo de vida, la cultura y las relaciones entre sus personajes. Si bien estas dos películas casi rozaban el documental aún siendo ficción, La boda de Tuya, en cambio, se ve a veces encorsetada por un guión tal vez demasiado centrado en una historia que pesa en ciertos momentos por su previsilidad. Por un lado es virtud, ya que la trama corre rauda hasta su resolución pero también un desacierto ya que hay momentos en que la fuerza que poseen la imagenes se ven arrolladas por los acontecimientos.

Nos encontramos ante todo con la historia de una mujer que sin traicionarse intenta por todos los medios que hay a su alcance preservar su pequeño universo familiar y su hogar. Este entorno vital funciona como un imán al que finalmente todos los personajes terminan volviendo. La tierra actúa como núcleo identitario. Cada vez que uno de los personajes se aleja de este epicentro, se desdibuja, cada vez que el grupo se disgrega, todos parecen perdidos. La película en su conjunto finalmente logra articular un discurso mucho más complejo y actual de lo que a primera vista pueda parecer, y ese es su mayor hallazgo, mostrar a través de un entorno y unos personajes tan ajenos a nuestra cotidianeidad temas esenciales y universales como son el amor, la dignidad, la amistad, el coraje, la soledad, la muerte y las raíces de los pueblos.
La película de Wang Quan'An desprende honestidad y sólo por eso también es necesaria.

Por Javier B. Belchí, Miradas de Cine, Nº 67, Octubre 2007.

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