Dejamos a continuación un pedazo del reciente posteo que hizo Maronna en su blog:
Agradezco a Andrés Calamaro por haberme invitado a participar de la antología "Andrés-Obras Incompletas", de reciente aparición.
Compartimos con Andrés cuestiones estético-musicales, pertenecemos a la misma generación y yo, desde mi humilde condición de melómano, reconozco en él a uno de los más talentosos artistas que dio ese geleainoso concepto que es la "música popular".
Es un orgullo para mí y, obvio, para LUCES DE LA CIUDAD haber aportado el granito de arena necesario para que este trabajo se transforme en histórico y excepcional.
Comparto con los lectores de LUCES DE LA CIUDAD los textos escritos por mí en 4 canciones que forman parte del BOX, y se encuentran en un impactante libro. Estar al lado de Joey Blaney, Enrique Morente y otros me llena de placer.
Aquí, uno de los textos que encontrarán en el BOX RECIENTEMENTE PUBLICADO (seis cd's y dos DVD)
Mi Funeral 11 es la Biblia de los 22, de los que son diferentes de
verdad: de aquellos que matarían por 5 minutos de felicidad, jamás
por alguna nimiedad.
Mi Funeral 11 es el Cambalache de quienes piden no quemarse más en la
maldad del infierno, pero lo imploran en silencio, sin que nadie los
oiga. Los que se hartaron del plan gelatinoso-intelectual de ver
películas de Jim Jarmush y Abel Ferrara un sábado a la noche mientras
la cabeza vuela hacia otro lado.
Mi Funeral 11 es mi Libro Azul, mi breviario de la podredumbre (bien
quisiera haber escrito el noble nihilista rumano Emile Cioran esas
palabras cargadas de "scraving" y corazón demandante de... Otros 5
minutos de felicidad).
Porque, vamos, quién podría explicar científicamente qué es la felicidad.
Sabemos los 22 que no dura más que esos 300 segundos. Y cada uno los
encuentra en el fondo de su alma. Los míos son la armonía familiar,
tres palabras que no son melosas en boca de mi hija ("Papá, te
quiero"). Y por qué no, en el "happening" cuasi solitario que
demuestra que, el dulce de leche, feo no es...
¿Y qué más? Mi Funeral 11 soy yo respondiéndole a mi doctor una
pregunta que baja línea pesada: "Usted, Maronna, ¿por qué mataría?". Y
quien escribe, despatarrado en el diván, diciendo: "Por 5 minutos de
felicidad". Tras esto, la letra completa, catártica, que fluye ya no
como agua podrida. Y el doctor diciendo: "¡Pero eso es de una lucidez
extrema!".
Vaya novedad señor doctor, de haber escuchado esa letra Elliot Smith
seguiría rasgando su guitarra y Dave Foster Wallace escribiendo
maravillas.
Mi Funeral 11 con ese trasfondo jazzero, está allá arriba, lejos,
encapsulada en el espacio. Y cuando la llamo, en estado de bajón
profundo, viene a buscarme. Y nos vamos a escudriñar por dónde andan
esos otros 5 minutos de felicidad.