Así está todo, y estamos en la cresta o intentando barrenar o somos la ola y estamos por explotar en la orilla, o más que explotar esparcirnos como la espuma en la arena.
Escucho a Juani. Escucho a Atilio. Leo a Tomás y a Gustavo. Es gente que está cerca, que se puede ver, tangible e invisible y creando. Inventándose mundos.
Algo está pasando. En mí. En el mundo. En todos lados. No me asusta esa inmensidad. Me alegra y la recibo sonriente con la incertidumbre de que la muerte está siempre en el horizonte.
Una musa está inspirándonos. Mientras unos vamos inhalando y otros exhalando.
Las palabras, compañeras infatigables de deseos y esperas.
Mañana, el sol va a decir otra cosa distinta a la que escuchamos esta noche. Pero eso no importa, porque el sol sabe hablar sin lenguaje. Y eso en definitiva, es lo que importa. Porque ya nada importa.
Vamos a crear de nuevo el planeta. Y una Pink Moon así de grande se verterá sobre nuestros cuerpos.
¿Quién dice que la poesía del mundo se terminó? Yo escucho solamente silencio. Buen sábado y buena vida la que esta noche se respira.
La marea está subiendo.
Txt: Pedro Cactus
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