Es el largometraje dirigido por Sergio Mazza que se pudo ver en la muestra itinerante del Bafici Rosario.
Con la liviandad que merece un encuentro casual que, al mismo tiempo, tiene la intensidad de la revelación de un rumbo amorosamente imponente, El Amarillo cuenta, con un ojo sin parpadeos, las instancias sucesivas de una relación de matices ínfimos que se exponen sin ningún tipo de subrayados. Como punto de partida, la película se planta desde un meritorio oído audaz que, en su atrevimiento, se embelesa en los misterios del silencio tanto como en la elocuencia de las canciones, en planos mayormente largos que proyectan la insignificancia sin encumbrarla. De esta forma, la opera prima de Sergio Mazza encuentra, en el tiempo dilatado de la espera en un burdel empobrecido instalado en la estampa leve del paisaje rural entrerriano, un espacio donde se diagrama y aletarga la realidad de los sentimientos más primarios al ritmo de una mujer áspera y dócil que cada minuto canta mejor.
El director llego a la ciudad a presentar su pelicula pero antes paso por MTQN
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