Si bien en nuestro país siguen sucediendo situaciones que provocan una tremenda desazón como la expulsión de Nelson Castro de una emisora porque el derecho a expresarse libremente sigue siendo difuso o las inundaciones en nuestra ciudad que se encontraron con una infraestructura tan pequeña y a gusto se la pasaron ahogándo los cordones de las veredas.
En el mundo está sucediendo algo. Podrá ser olvidado muy rápidamente o quizás, todo lo contrario pero está sucediendo. Francia siempre fue un país con ganas de modificar las instituciones educativas, más allá de salir a la calle cuando les tocan el bolsillo.. han conseguido buscar una concientización de cambio profundo en las raíces que modifican una sociedad y no sólo referido a la guita. Hoy, son ejemplo otra vez de algo similar. Aunque no lo consigan, van firmes en un intento con revolucionarias ideas.
La situación política en Francia está marcada por dos aspectos fundamentales: por un lado la ofensiva liberal capitalista que pretende acabar con las conquistas sociales de la posguerra y por otro el derrumbe-mutación de los partidos tradicionales del movimiento obrero. Mientras que la derecha es de combate y sabe qué intereses defender, la izquierda tradicional (antigua izquierda plural) conoce un giro importante de acomodación al actual sistema. La dirección del Partido Socialista Francés (PSF) ligado cada vez más a los intereses del capitalismomuta al social liberalismo mientras que la dirección del Partido Comunista Francés (PCF) pasa a ser el ala izquierda de éste, desligándose de ese modo de las clases populares. Todo esto conlleva una degradación de la relación de fuerzas en contra de los trabajadores. Pero a pesar de ello las resistencias sociales existen y aumentan logrando, incluso, arrancar victorias. En ese contexto la experiencia de los que luchan aumenta así como su conciencia, y todo ello, a pesar de las traiciones de las direcciones sindicales y de los partidos de la izquierda tradicional. Esas luchas generan, pues, un divorcio entre dicha izquierda y las clases populares. En ese marco nos encontramos y de ahí subyacen responsabilidades para los revolucionarios.
El líder del NPA es Olivier Besancenot, un personaje joven y singular, cartero de profesión y personalidad preferida de los franceses. Olivier Besancenot impuso su marca en las agitadas mareas de la extrema izquierda y logró la hazaña de sacar a los ultras del rincón de los recuerdos y de las bromas de mal gusto a donde los sacudones de la historia, en particular la caída del Muro de Berlín en 1989, los habían encerrado. Simpático, persuasivo, eternamente tranquilo y sonriente, el líder trotskista se volvió una figura familiar en los medios de comunicación y consiguió con ello rejuvenecer la guardia vieja del trotskismo. En las elecciones presidenciales de 2007 Besancenot obtuvo más del 4 por ciento de los votos y ahora da un nuevo salto con la creación del Nuevo Partido Anticapitalista. En una entrevista publicada ayer por el diario Libération, Besancenot explicó que con el NPA se “asume una parte de utopía porque la izquierda no nos hace soñar más”. El diagnóstico es perfectamente real dice el Página/12 de ayer.
El Partido Comunista Francés -extracto del diario - se asemeja a una señora anciana que fue perdiendo sus electores, sus ideas y hasta sus bienes. El año pasado, el PCF alquiló al sector privado parte de su histórica sede central diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Los socialistas tampoco tienen hoy un programa y menos aún un sueño. Con siete años de querellas internas y dos elecciones presidenciales perdidas, el PS prosigue la costosa búsqueda de unidad y no encarna aún una alternativa sólida. “Queremos confrontar nuestra reflexión a la luz de experiencias prácticas, sobre todo en América latina, con Venezuela, Cuba, Bolivia o el zapatismo en México”, dijo Besancenot. De hecho, el NPA se presenta como un instrumento de apertura para captar la dispersión de la extrema izquierda y, al mismo tiempo, darle un perfil menos sectario. “El NPA es una herramienta política más adaptada al período político que vivimos. Se trata de tomar lo mejor de las tradiciones del movimiento obrero, que sean trotskistas, socialistas, comunistas, libertarias, guevaristas u oriundas de la ecología radical.”
El líder del NPA es Olivier Besancenot, un personaje joven y singular, cartero de profesión y personalidad preferida de los franceses. Olivier Besancenot impuso su marca en las agitadas mareas de la extrema izquierda y logró la hazaña de sacar a los ultras del rincón de los recuerdos y de las bromas de mal gusto a donde los sacudones de la historia, en particular la caída del Muro de Berlín en 1989, los habían encerrado. Simpático, persuasivo, eternamente tranquilo y sonriente, el líder trotskista se volvió una figura familiar en los medios de comunicación y consiguió con ello rejuvenecer la guardia vieja del trotskismo. En las elecciones presidenciales de 2007 Besancenot obtuvo más del 4 por ciento de los votos y ahora da un nuevo salto con la creación del Nuevo Partido Anticapitalista. En una entrevista publicada ayer por el diario Libération, Besancenot explicó que con el NPA se “asume una parte de utopía porque la izquierda no nos hace soñar más”. El diagnóstico es perfectamente real dice el Página/12 de ayer.
El Partido Comunista Francés -extracto del diario - se asemeja a una señora anciana que fue perdiendo sus electores, sus ideas y hasta sus bienes. El año pasado, el PCF alquiló al sector privado parte de su histórica sede central diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Los socialistas tampoco tienen hoy un programa y menos aún un sueño. Con siete años de querellas internas y dos elecciones presidenciales perdidas, el PS prosigue la costosa búsqueda de unidad y no encarna aún una alternativa sólida. “Queremos confrontar nuestra reflexión a la luz de experiencias prácticas, sobre todo en América latina, con Venezuela, Cuba, Bolivia o el zapatismo en México”, dijo Besancenot. De hecho, el NPA se presenta como un instrumento de apertura para captar la dispersión de la extrema izquierda y, al mismo tiempo, darle un perfil menos sectario. “El NPA es una herramienta política más adaptada al período político que vivimos. Se trata de tomar lo mejor de las tradiciones del movimiento obrero, que sean trotskistas, socialistas, comunistas, libertarias, guevaristas u oriundas de la ecología radical.”
Para lograrlo la aportación de la juventud será fundamental. Por ello, el congreso de la LCR declara en una moción la importancia de que los jóvenes de este nuevo partido tengan autonomía para marcar su línea de intervención, entendiendo que la juventud sufre una opresión específica y que por lo tanto debe analizar los ataques y decidir como responder. Se dotarán por lo tanto de materiales propios, revistas… eso sí dentro del propio partido y no desde una organización independiente como podía ser el caso hasta ahora de las Juventudes Comunistas Revolucionarias (JCR) con respecto a la LCR.
La tarea es ardua, pero sin embargo, los revolucionarios no pueden pasar al lado de sus responsabilidades. Deben por lo tanto aportar respuestas a las oportunidades que se les presenten, aunque éstas puedan ser portadoras de problemas y o dificultades. El proceso constitutivo demostrará por la práctica si la orientación apoyada por el congreso de la LCR es correcta y si realmente se logra pasar de un simple reforzamiento de la LCR a la construcción de un nuevo partido anticapitalista que les sea útil a los explotados y a los oprimidos. Como bien concluye el llamamiento público para la construcción del nuevo partido anticapitalista: “Les toca ahora a aquellas y aquellos que quieren “tomar partido” decidir conjuntamente, construir conjuntamente.”
La tarea es ardua, pero sin embargo, los revolucionarios no pueden pasar al lado de sus responsabilidades. Deben por lo tanto aportar respuestas a las oportunidades que se les presenten, aunque éstas puedan ser portadoras de problemas y o dificultades. El proceso constitutivo demostrará por la práctica si la orientación apoyada por el congreso de la LCR es correcta y si realmente se logra pasar de un simple reforzamiento de la LCR a la construcción de un nuevo partido anticapitalista que les sea útil a los explotados y a los oprimidos. Como bien concluye el llamamiento público para la construcción del nuevo partido anticapitalista: “Les toca ahora a aquellas y aquellos que quieren “tomar partido” decidir conjuntamente, construir conjuntamente.”
A continuación dejamos un video del Olivier éste quien hizo un texto sobre el Che Guevara y lo grabó como si fuera un músico recitador de prosas ..
La dirigente del MST Vilma Ripoll dijo presente en la capital francesa en ocasión del congreso de inauguración del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). “Frente a los gobiernos que nos quieren hacer pagar la crisis capitalista, es necesario construir un proyecto político amplio y unitario desde la izquierda”, destacó Ripoll. La argentina, invitada junto a otros dirigentes de la izquierda sudamericana, se refirió también a la nueva formación política francesa, con la cual marcó coincidencias en los objetivos y en las estrategias.
La dirigente del MST Vilma Ripoll dijo presente en la capital francesa en ocasión del congreso de inauguración del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). “Frente a los gobiernos que nos quieren hacer pagar la crisis capitalista, es necesario construir un proyecto político amplio y unitario desde la izquierda”, destacó Ripoll. La argentina, invitada junto a otros dirigentes de la izquierda sudamericana, se refirió también a la nueva formación política francesa, con la cual marcó coincidencias en los objetivos y en las estrategias.
1 comentario:
Vilma Ripol estuvo del lado del campo apoyando a los terratenientes y poniendose en contra del pueblo trabajador. Al Che Guevara no le hubiera caido demasiado bien esa actitud.
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