Hay mucho más en el arte de Rosario del que los espacios oficiales se atreven a mostrar. Una pesquisa a través del teléfono e Internet y un recorrido de visitas a talleres lograron revelar, a través de puntos en común, lo que podría ser el contorno de un movimiento poderoso. La punta del ovillo fue la célebre exposición colectiva Me importas tú (2007) en el Centro Cultural Parque de España. Allí, con la curaduría de Eduardo Stupía, se ganaron al público local seis pintores jóvenes: Juan Balaguer, Fernando Rossia, Mario Godoy, Jorgelina Toya y Pedro Iacomuzzi. Todos mostraron una selección impactante de pinturas en gran formato que no sólo eran verdaderas proezas de virtuosismo y oficio, sino donde además demostraban que sabían servirse de las nuevas tecnologías de la imagen sin renunciar a las propiedades específicas del medio pictórico.
Su manera de concebir la imagen coincide con criterios propios de la fotografía, el cine o incluso el fotomontaje; medios de los cuales no obstante se distancian, haciendo de ellos, justamente, medios. El resultado es un realismo capaz de incorporar ángulos del cine, encuadres de la fotografía publicitaria, o los brillos y las luces de los efectos especiales digitalizados. Es como si el ojo superpoderoso de estos nuevos pintores realistas se hubiera transformado en un investigador tan apasionado como encarnizado de la actual hiperrealidad. No se trata en absoluto de fotorrealismo ni de hiperrealismo sino de una súper pintura, o de algo así como un retorno glorioso y vengador de la pintura después de su muerte civil bajo la forma de una pintura monstruo, nutrida por las municiones de las mismas armas con que se pretendió haberla asesinado.
Fuente: Beatriz Vignoli para Rosario/12
03 febrero 2009
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