18 noviembre 2008

La vímos y leímos sobre la película del Che

La semana pasada subimos un trailer sobre la película de Steven Soderbergh del Che Guevara que está en todos los cines y como fuimos a verla buscamos data para postearla hoy martes. "Es el Superman de los comunistas", tiraron ayer en una sala de la ciudad con un pororó mediante.
Como la historia del Che es difícil de sintetizar no solo en palabras sino también en imágenes, el proyecto consta de dos partes. La primera es la que se estrena hoy: narra la experiencia cubana y parte temporalmente desde 1955, cuando Ernesto Guevara conoce a Fidel Castro (Demián Bichir) en México y decide integrarse al grupo revolucionario que buscará destronar al dictador Fulgencio Batista. El film, prácticamente centrado en los combates en Sierra Maestra –aunque registra algunos momentos en blanco y negro con su participación en la Asamblea de las Naciones Unidas en 1964, realizada en Nueva York, que le otorga un tono documental–, muestra con detalle las vicisitudes diarias de los revolucionarios en la selva, y el largo camino hacia la liberación. Culmina con el comienzo del año 1959 y las celebraciones de la victoria revolucionaria en Santa Clara. La segunda parte se llamará Guerrilla y está centrada en la campaña del Che en Bolivia, donde fue asesinado.
La investigación previa del equipo de trabajo incluyó el asesoramiento del periodista norteamericano Jon Lee Anderson (el único biógrafo que tuvo acceso a los archivos del gobierno cubano) y los propios escritos del Che. El Centro de Estudios Che Guevara, en tanto, colaboró con documentación, y también el actor y el director mantuvieron conversaciones con ex combatientes que sobrevivieron y con personas que conocieron al Che.
La columna vertebral del relato es una entrevista que en mayo de 1964 una periodista estadounidense le realiza al Che, en su despacho del Ministerio de Industrias de la Revolución. Filmada en blanco y negro –lo que le da el carácter de documental de época que contribuye a mimetizar a Del Toro con su personaje, con el que guarda un impresionante parecido físico–, esa entrevista le sirve al film para ir descargando la ideología del Che, su teoría y su moral revolucionarias, mientras fuma uno de sus legendarios habanos. Este recurso –al que se suma también su presentación en la ONU, también en blanco y negro– le permite a Soderbergh sentirse más libre a la hora de ocuparse de los momentos en los que el Che, al frente de una de las columnas armadas del Movimiento 26 de Julio, avanza por territorio cubano para ir a encontrarse con Fidel en La Habana. Allí en la selva debe resolver cuestiones de orden práctico: la supervivencia de los heridos, la estrategia militar, la justicia sumaria revolucionaria. Aquí son sus acciones las que revelan su pensamiento. A Benicio Del Toro similitudes físicas no le faltan para representar su figura y el actor portorriqueño está declarando en todos los medios. Aquí, un compilado con lo mejorcito que ha dicho Don Benicio:
–¿Qué fue lo que más le impactó del Che leyendo sus escritos?
–La manera de hacerse claro, de escribir claramente. Si lees el Diario de Bolivia te das cuenta de que él está hablando de una manera muy realista, aunque era una persona de ideales y podría decirse un soñador. Pero era muy realista consigo mismo y con lo que estaba sucediendo alrededor. Eso me impresionó mucho. Hay dos cosas: el realismo con el que está escribiendo y, a la vez, existía un optimismo en ese diario. No había una cosa fatalista. Escribió todos los días. Yo he empezado diarios, escribo en enero, febrero, y ya para marzo no escribo más.
–¿Cuál es su posición sobre la Revolución Cubana?
–Que no surgió de la nada. La Revolución Cubana no surge de la idea de una persona sino que venía de muchas personas. El país estaba bajo un dictador. Había muchas torturas contra la población. Viene de la guerra hispanoamericana, porque Cuba estaba tratando de separarse de España. Ahí entra Estados Unidos y básicamente cambia todo. Lo que quiero decir es que el Che sale de unos ideales, que la Revolución Cubana no surge solamente de decir: Vamos a cambiar el gobierno por esto y lo otro. Surge de una historia, de unos abusos. Llegó un momento en que dijeron: ¡Ya! Y tomaron las armas.
–¿Piensa que éste fue el rol más difícil que interpretó hasta ahora?
–Sí. Fue el rol más difícil porque es demasiado complejo. Es un intelectual y a la vez un hombre de acción. Eso es lo difícil. En muchos films hay un intelectual, por un lado, y un hombre de acción, por el otro. Pero el Che es los dos a la vez.
-Hoy los adolescentes de catorce años vuelven a llevar al Che en sus camisetas. ¿Fue usted uno de ésos?
–No, yo era más fan de grupos como The Who, The Clash. The Clash era muy político. Pero las remeras no estaban a la venta, así que no tenía, pero si se hubiesen vendido, habría tenido una. Creo que los que tienen remeras con el Che entienden su mensaje. Si yo veo a alguien con una remera del Che pienso: “Tiene buen gusto”

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