15 noviembre 2008

Los cimientos del Sábado

Es tan difícil la libertad. Por instantes siento que ser libre no es posible ni para uno ni para nadie, y que la imposibilidad reside en la falta de capacidad para utilizar esta libertad que nos es dada por el hecho de respirar sobre esta tierra. Claro, podría haber escrito, por el hecho de estar vivos. Pero escribí por el hecho de respirar sobre esta tierra. Aquí ejerzo mi libertad. Y este es el problema, saber que existe otra opción me hace, por momentos, no libre y por lo tanto infeliz.
Es muy difícil no pensar en las opciones. Y supuestamente en eso consiste la libertad. Pensar en las opciones y elegir alguna de ellas. Pero tener tantas nos hace pensar que nos estamos perdiendo de todas esas en lugar de asumir esa que elegimos. Y así nos va. Así, no va.
Anoche tuve un sueño que me aclaró un poco el panorama en cierto aspecto en cuanto a la toma de decisiones. Mejor: pude ver el mapa. Cuando uno puede ver el mapa todo es más sencillo. Conseguir el mapa es tener la capacidad para utilizar la libertad. Uno ve antes de actuar. El actuar puede ser inmediato, pero uno tiene el mapa en la mano.
En todo esto, algo me duele. Los pies, tal vez, porque el camino tiene piedras y estoy descalzo. Adelante tengo una cadena montañosa. Este mapa no indica cuanto tendré que subir para ver del otro lado. Sé que hay mucha agua, un gran lago luego. Rodear la cadena montañosa seria alargar el camino, haciéndolo mas sencillo, pero quiero llegar en menos tiempo. Subir la montaña es lo que tengo que hacer. Ir por abajo no es una opción que me interese. Prefiero sentir las ampollas. En todo esto, siempre, algo me duele.
En un posteo (aca va linkeado el post de los cimientos del 19 de julio) de hace tiempo escribí que me habían cambiado la contraseña. Eso es algo imposible, el que cambia las contraseñas soy yo. Y también soy el que compra los mapas.


Txt: Pedro Cactus

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