No es un cuento chino decir que el artista que publicó cuatro discos con su banda denominada Sergio Pángaro & Baccarat, acaba de reeditar "Señores Chinos" (Editorial Vestales, 2007), un libro que originalmente apareció en 1999 y que lo muestra en una faceta diferente de la que el público lo conoce. Casi como si fuera un alter ego del Pángaro músico, la versión literaria del cantante lo muestra serio, concentrado en sus creaciones y dispuesto a la reflexión. ¿Estamos hablando del mismo bon vivant que la última vez que actuó en Córdoba armó un trencito con el público que asistió a la velada? Seguro, porque a Sergio la elegancia lo acompaña naturalmente. Para corroborar eso hay que chequear las hojas del libro.
Sin haber estado allí, Judith Gautier, la hija de Théophile, escribió un notable diario de viaje por Oriente. Sin haberlos presenciado, compuso dramas chinos y japoneses. Así obra Sergio Pángaro: con la ilusión de que el aleteo de una mariposa provoque una acción en las antípodas, lanza frases sentenciosas que, como líneas del Tao Te King , aplazan el juicio. En sus relatos, como en demorado script , las palabras, don de músico, se suceden como roces en la seda.
"Con las canciones, uno está obligado a sacarlas sin demasiado tiempo para corregirlas porque hay otras necesidades y eso acelera todo el proceso, algo que no me ocurre con la literatura", contó el músico esta tarde en nuestro programa.
06 agosto 2007
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