El título parafrasea al lema “In God we Trust” que se lee en los billetes de un dólar. Con el correr de los minutos, ese detalle irá explican

Ver cómo los pacientes que fuman llevan una vida laboral y familiar normal pone en evidencia la ridiculez de quienes juzgan al consumo personal desde diagnósticos alucinados. No obstante, hay un punto en que el largometraje se convierte más en un documental sobre Estados Unidos que en uno sobre los usos del cáñamo. El giro responde a un antiguo axioma del cine yanqui, resumible en la frase “esta gente no es tan mala porque no se aparta del american way of life”. A pesar de sus aciertos, Michael Moore suele caer en esa falacia. No es el único, claro. En Zoo –una fenomenal aproximación al mundillo de los zoofílicos–, el talentoso Robinson Devor planteaba que en el siglo XXI hay cowboys que la pasan bomba dejándose montar por sus rocines. Y el resultado fue interesantísimo de ver, aunque vagamente justificatorio. En experimentos paródicos como American Zombie (Grace Lee, 2007), ese énfasis “pro estadounidense” es presa de la ironía mediante consignas como “los muertos también son capaces de tener un trabajo y avanzar en la vida como cualquiera”.
A lo mejor optar por la estrategia de “miren qué comunes y corrientes que somos” es una metida de pata en el caso de la marihuana. Es más: defender el consumo medicinal como si se tratara de un producto más equipara los valores asociados a la planta con el aura de las aspirinetas. Si con la excusa de vencer estereotipos y agrandar el movimiento se exhibe con simpatía el manijeo de un lobbista que brega por la utilización del porro en tratamientos contra el cáncer y a la vez tiene un retrato del republicano John McCain en su escritorio –y Star Price lo hace–, entonces tal vez haya llegado el momento de parar la pelota y mirar con quién es aceptable formar equipo y con quién no. “Confiamos en el porro”, ok, pero, ¿para qué? ¿Para blanquear una industria millonaria? ¿Para desafiar las estructuras mentales del capitalismo? ¿Para hacer un poco de ambas cosas?
Vale la pena ver In Pot we Trust. Incluye algunas de las historias más conmovedoras que se han contado sobre el uso de la marihuana y aporta argumentos a favor de la autorización para usos médicos, que será –para dejar de una vez la hipocresía– el paso previo a la legalización. Pero como ocurre con ciertos paquetitos que circulan clandestinamente, algunas partes del film pueden oler francamente mal.
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