04 agosto 2009

Me colgue en el cable

Leía con atención los clasificados mientras de fondo María Laura Santillán y unos expertos del tema laboral intentaban armar a una Argentina que parece de posguerra. Cada tanto cambiaba de canal y pensaba si acaso sería igualmente sencillo cambiar de realidad. Cuando terminé de pasar vista a las promesas de progreso costosamente barato impresas con impunidad en el periódico, comencé a buscar un cable a tierra, un símbolo de paz, una experiencia excitante. Entonces abrí un paquete de galletitas Desayuno y les adosé queso y dulce de batata. Podía irme a dormir, pero seguí buscando, esta vez en la tele-transportacón. Qué lindo es el silencio de la noche y de la mente. En las altitudes horarias y televisivas descubrí un par de tomas raras en Europa Europa. Por fin una película estrambótica. Aunque me dolía la cabeza no había plan posterior que en ese momento resignara la película (ni el del día recién comenzado, ni mucho menos el de dormir). A veces, cuando se encuentra algo que da placer, simplemente hay que tomarlo, más allá de que suponga perder parte de la vigilia, un poco de reputación o la mujer. Después de todo, siempre que se gana algo se pierde algo. En fin, acá les dejo el nombre de una película que narra confictos ¿juveniles? mediante personajes memorables: "Murió con un felafel en su mano".

A continuación, la síntesis pedorra del cable, invento de la teconolgía para amenizar el vacío de los televidentes, cuya voz interior les zuzurra argumentos para ahorcarse, justamente, con un cable:
El neurótico Danny tiene 30 años y sueña con ser escritor. Cambió ya 47 veces de compañero de departamento, cambiando siempre de ciudad. Obsesionado con los dilemas existenciales masculinos, Danny intenta dar sentido a la extrañeza que le causa vivir con extraños. La muerte por sobredosis de Flip, que muere con un felafel en la mano, lo obligan a dejar nuevamente el lugar. En Melbourne, se encuentra ante una pesadilla kafkiana y descubre que la policía tiene tendencia a tirar a matar.

txt: Fernando Fantin

1 comentario:

Anónimo dijo...

varios errores de ortografía, debo decir. por lo demás, buena la nota