28 agosto 2009

Consejos para un futuro manifiesto cotidiano anti-pulcros

- Mascar chicle con la boca abierta como si en vez de una goma de mascar fuera una albóndiga del tamaño de una pelota de golf… ayuda al malestar del pulcro que sea un constante ruido muy estruendoso cada vez que la mascamos.
- La forma de combatir ese excesivo aroma perfumado que merodea todo el departamento es con no tirarle glade o desodorante de ambiente al baño luego de haber estado sentado en su inodoro todo lo que duraba la nota central de la revista Rolling Stones.
- Agarrar a toda velocidad ése charco que está al lado de la vereda y salpicar al zarpado que salió a la calle hasta con gomina. Es mejor si es en una zanja rebalsada porque en ésta hay muchas posibilidades de embarrarlo además de mojarlo. Teniendo en cuenta que la industria automotriz no está al alcance de los trabajadores con salarios bajos y mucho menos de los paraguayos o peruanos explotados en fábricas, bueno, entonces a nosotros nos tocaría bicicletear con alguna coleada en el charco o incitar a los choferes de los transportes públicos pero, en esos casos, los esfuerzos serán mucho mayores porque siembre nos encontraremos con pequeñas trabas para terminar llegando al primer objetivo planteado. Como casi toda cosa pública…
- Aliarse con algún obrero y milimétricamente arrojar -desde el anonimato que ofrece una obra de construcción- un poco de porlán a aquel oficinista de cuidadosa maleta que está por subirse a un autito importado.

Txt: Quintín Palma

No hay comentarios.: