28 junio 2008

Los cimientos del Sábado

Escucho a Jack Johnson en mi auricular: Wake up slow. Y es así como estoy despertando. Lo que sigue lo escribí a las 5.11 am, cuando volví de trabajar de un trabajo esporádico, en una fiesta efímera, de este mundo fugaz.
¿Quién soy? ¿Qué ves cuando me ves? (esa pregunta humana se la hicieron todos antes de los que la hicieron popular) ¿Importa? ¿Me importa a mi? ¿Hasta donde se tiene que pensar en los demás? ¿Hasta donde se tiene que pensar en los demás cuando realizamos un acto? ¿Qué medida de altruismo que medida de egoísmo? La simpleza, el buen gusto, ¿son medidas de algo? ¿Existen?
Si plantamos una semilla la planta será según las manos con que toquemos el crecimiento. No importa lo que los demás ven, sino lo que transmitimos. La energía que se ve fluir, no es lo que se es, sino un resultado de algo que la mueve, que le transmite ese movimiento. Lento, por cierto.
Alguien me pregunto estos días, en que creía. “En las plantas” respondí sin dudar. Pero también el creer es un eterno escepticismo. Sin embargo a las plantas “les” creo. Porque son los seres más antiguos y la sabiduría viene de la mano de los años. Aunque siempre habrá excepciones, claro. Por eso el “creo”.
Creo que estoy haciendo las cosas como me gusta hacerlas. Creo que la incertidumbre es una buena forma de vivir. Creo que estar seguro es imposible e inaceptable. Creo que lo mejor es confiar. Creo que el amor es la única forma de generar vínculos sanos. Creo que la autenticidad es uno de los valores más importantes.
Creo que es el fin de lo que quería escribir. Creo que la consigna de este sábado es ser transparentes. Se puede acompañar con un buen Macanudo o Bonjuor según el caso o la ocasión.

Txt: quien descubrió nuestra contraseña

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