Desde el jueves pasado puede verse en Rosario, en el cine Monumental, el último film de Blaustein: "Hacer patria". Frase con la que los argentinos del siglo XX enfrentaron el mal nacional según el diagnóstico de Sarmiento: poblar la extensión, el desierto, la intemperie.
En Hacer patria Blaustein va al encuentro de su historia familiar, desde su morada centroeuropea al viejo Hotel de Inmigrantes, puerta de entrada principal de la mayor parte de las distintas corrientes inmigratorias llegadas al país desde fines del siglo XIX hasta mediados del XX. Y desde allí sigue los pasos tanto de sus abuelos paternos, como la de los maternos y recorre ciudades bonaerenses en las que arma al mismo tiempo un rompecabezas familiar y público, en el que cuesta separar la emoción privada de esa otra que flota en ciertos lugares con nombres, colores y figuras que se vuelven familiares a medida que diluyen su espesor histórico.
Acompañado por hermanos, primos, madre, tíos y tías, con los cuales comparte y analiza los últimos 50 años de la familia y el país, Blaustein comprende junto con el espectador el dolor del desarraigo que sintieron los primeros familiares que llegaron a Argentina, sobre todo cuando por diversas circunstancias los tres hermanos Blaustein –uno de ellos, el director– deben partir al exilio en los años 70.
“La película –dice Blaustein– empieza con un exilio, el de los mayores, que no pudieron volver a sus países de origen, y termina con otro, del que pudieron volver sus protagonistas”.
24 septiembre 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario