22 mayo 2016

Corazones en llamas - Presentación del libro en Rosario

Corazones en llamas es un libro que escribieron Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz a principios de los 90 y que cuenta la historia del rock argentino de los 80.
Veinticinco años más tarde el libro fue reeditado y este martes 24 de mayo a las 19:30 hs va a presentarse en Rosario en el ECU (Espacio Cultural Universitario, San Martin 750), con la presencia de las autoras, la moderación de Jorge Llonch y Patricia Dibert, y un acústico íntimo de Coki de Bernardi.


Antes de la presentación del libro Cynthia Lejbowicz vinó a charlar a la radio y nos contó algunas historias de cómo fue que se escribió este libro emblemático del rock de los ochenta en Argentina.



Les dejamos parte de un texto que escribió Pablo Schanton sobre el libro, que pueden leer completo en este link.

Corazones en llamas, o de cómo las chicas lo consiguieron
por Pablo Schanton

Ahora, las mujeres. Remixando el eslogan alfonsinista, podríamos sintetizar un logro para el rock argentino de los ’80: las chicas entraron a participar, muchachos.

Nueva era, pasada la década de la novia-corista-que-quiso-hacer-su-disquito-sola-y-la-ayudaron (María Rosa Yorio no podía dejar de ser mujer de Charly; Gabriela, la de Edelmiro, y Carola, la de Cutaia). Los ‘80s fueron los años donde los aportes de Celeste Carballo, Patricia Sosa (entonces en La Torre), Leonor Marchesi (Púrpura), Fabiana Cantilo, Viudas e hijas de Roque Enrol, Hilda Lizarazu, Isabel de Sebastián y Patricia de Cadáveres de Niños comenzaron a igualarse por fin a los de los varones. Pero la cuestión no sólo se limitaba a la música, más aún tratándose de una década que vendía tanta imagen y diseño.¿Qué habría sido de las puestas y los looks de Serú y Jade sin Renata Schussheim; o los “raros peinados nuevos” que levantaban las cabeza de los Soda sin la estilista belga Tashi, o el Boom Cemento sin las inversiones y el cuerpo venusino de Katja Alemann? Por su parte, las performances de las Bay Biscuits inauguraron una sociedad paródica entre el rock y el teatro inédita hasta entonces. Ni hablar de la importancia de la Negra Poly como la encargada de definir la pyme indie en la Argentina. Pero también debemos señalar un giro de tono y visión en el discurso periodístico del rock: Gloria Guerrero define su papel central como cronista de la época, lo hace desde su columna-faro en LA revista de la transición democrática, Humor. Este ascenso femenino funcionó como un acto de justicia, no del todo voluntario, ante la reducción a menos que groupie de la periodista cordobesa Patricia Perea, perpetrada y perpetuada por una canción lamentablemente sexista como Peperina (81), de Serú Girán.

En los años democráticos, no se impuso una revista señera de la cultura rock, como lo fueran durante la Dictadura, Expreso Imaginario, Hurra o Pan caliente. Sobrevivía Pelo, desde luego, pero el objetivo central era enseñar ahora a la generación advenediza post-Guerra de Malvinas, qué es y fue el llamado “rock nacional”. De ahí que Cantarrock y Toco y canto fueran los modelos de estos magazines cuasi escolares. La radio –la FM- se tornó el medio de comunicación rockero por excelencia, con la Rock&Pop a la cabeza, en cuyo merchandising se contaba con una revista. Cerdos & Peces se consagraba a la propagación de los signos de contra/para-cultura más extremos del momento, agitando las banderas del under mientras el rock crecía como negocio.

Pero como la masividad implicaba llegar a más gente, fue definitorio “tomar” medios gráficos como Humor y Clarín para hablar de rock. Desde 1985, comenzó a inmiscuirse cada viernes el suplemento joven Sí en “el gran diario argentino”, volviéndose el Time Out tabloide de nuestro rock. Laura Ramos y Cyntia Lejbowicz fueron engranajes esenciales para crear un nuevo discurso allí, a la par de Gloria. Empezaron a escribir distinto, a ver distinto, a sentir de otra manera, una que se desviaba del machismo imperante. Mientras tanto, en el underground, poco a poco, Vera Land ganaba espacio en Cerdos, en tanto Patricia Pietrafiesa pronto se encargaría del fanzine punkie más combativo, Resistencia. Esa: ahora, las mujeres... Seguir leyendo 

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