15 octubre 2008

Dos disquitos nuevos para bajar o comprar

A diferencia de los Sex Pistols, The Clash no adhirió al “No future”, más allá de la afinidad discursiva con uno de los slogans fundadores del punk. The Clash apostó por un futuro distinto. Lo construyó pagando el precio de la urgencia: ese mañana inmediato que escupió en canciones fue gestándose de a poco, adquirió otros sentidos, trivializó algunos postulados originales y cobijó a hijos dispersos de aquella revolución (desde Mano Negra hasta Rage Against the Machine, pasando por Negu Gorriak y Die Toten Hosen, entre otros) pero dejó en el camino –tal vez atendiendo a la naturaleza misma del género– la existencia física de The Clash. El rock suele exigir esos renunciamientos históricos: concede la eternidad del prestigio (eso que llaman “leyenda”) a cambio de la fugacidad material.
Treinta años después de aquel estallido, la banda inglesa sigue exponiéndose a nuevas lecturas, mágicamente desintoxicadas de nostalgia. “Mañana es mejor” parecen volver a decir esas canciones que el sello Sony/BMG pone ahora a disposición de viejos y nuevos fans a través de dos ediciones imperdibles: el CD Live at Shea Stadium y el DVD Revolution Rock. La coincidencia temporal de ambas publicaciones permite cruzar algunas ideas sobre el legado de The Clash. Live at Shea Stadium capta el canto del cisne de la banda: un histórico show neoyorquino de octubre de 1982 en el que The Clash teloneó a The Who y terminó llevándose las mayores ovaciones. Revolution Rock, en tanto invita a seguir –en imagen y sonido– la evolución del grupo en el período 1977/1982, es decir la etapa artísticamente productiva de The Clash. Quedan afuera de estas dos revisiones las desteñidas canciones de Cut the crap (1985), que deberían estar catalogadas en el apartado “discos solistas de Joe Strummer”.
El concierto en el Shea Stadium fue, durante años, una obsesión para melómanos punks. Hasta ahora sólo disponible como bootleg (se dice que las cintas fueron encontradas en su momento por Joe Strummer en medio de una mudanza), su edición oficial termina de legitimarlo (aunque le quita parte de su encanto de grabación “de culto”) como uno de los mejores recitales de rock de todos los tiempos. En plena gira de grabación de Combat rock, The Clash exhibe una contundencia imbatible y marca un camino que otros punks desdeñaron: la sofisticación visceral era posible y, más aún, constituía una necesidad vital para el género. Notables versiones de “London calling”, “The magnificent seven”, “Clampdown” y “I fought the law”, entre otras, certifican la riqueza musical escondida tras la furia escénica de Strummer, Mick Jones y Paul Simonon. Revolution Rock, dirigido por Don Letts (antiguo colaborador de los Clash), recopila clips en vivo, actuaciones para TV, shows masivos y presentaciones en pequeños clubes. Un auténtico maratón que refleja lo más valioso, al cabo, de los Clash: la actitud punk de transgredir, incluso, los límites de su propio mandato genérico.

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