10 septiembre 2010

Jugar con fuego por Ferdi Fantín

Para las 12 del jueves ya me había subido al segundo colectivo del día, con unos 60 km. Recorridos, fácil. Pero no barato. En el viaje diario noté varias paredes con la inscripción "justicia para las víctimas de la masacre de Cromagnón", pertenecientes a un partido político cuyo logo figuraba en un tamaño mayor que la exigencia. “Qué miserables”, pensé (no por el pedido en sí, sino por la intención). Y pensé en lo sucedido con el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, aquél juicio político minuto a minuto y esa vil capacidad humana de juzgar de modo implacable, de ser severo como si uno, cualquiera sea, supiera qué es lo justo o la Justicia.
Cuánta mierda puede generar el ser humano a partir de la tragedia. Entonces me pregunté también si algunos de esos estudiantes de las pintadas alguna vez pensaron en ofrecerse para dar apoyo psicológico a los familiares de las víctimas, en caso de que entre ellos hubiera estudiantes de psicología. Como una simple pregunta, una sola al pasar, ingenua. Porque el pedido así, solo -seguí pensando-, dice poco. Tan poco que en su momento le hizo la jugada a Macri. Tan poco que no me creo el dolor, ni la indignación: mera propaganda. Un mero simulacro de memoria que surge de la compulsión a revolver la mierda para ganar la simpatía de los más jóvenes.
El colectivo siguió dando vueltas; la vida también. En una Ráfaga, Macri lo experimentó la madrugada del viernes, cuando en un boliche porteño se vino abajo el entrepiso vip. Él que forjó la imagen de vecino común y confiable, que quiso erigirse como justiciero, alentando juicios políticos y dando pobres cátedras de seguridad, quizás lo esté aprendiendo, inundado ya por el asunto de las finas escuchas que sacudieron sus palacios, hasta el derrumbe de un boliche y un gimnasio. Y entre las paredes y los escombros de las implacables pujas políticas, la corrupción, la negligencia y la ambición lucrativa, se vislumbra la variable constante, que no es pintura de stencil, ni tinta de afiche o expediente, sino sangre: de los trabajadores, de los clientes, los que pagan los impuestos, una cuota o una entrada…y no salen.

Txt:fernandofantin@hotmail.com

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