En esos años posteriores a la segunda guerra mundial, el escenario en Europa era tan desolador como incierto. Empujados por aquella ola migratoria muchísimos europeos desembarcaron en Argentina, entre ellos, un grupo de 14 jóvenes que dejaban atrás Altare, un pueblo italiano ubicado en la región de Liguiria. Este grupo en cuestión se llamaban T.O.V.A (Técnicos Obreros Artesanos Altare) y como tantos otros inmigrantes traían consigo un oficio. El suyo: la producción artesanal del cristal.
Cuanta la historia que de ése grupo, un tal Don Anselmo Gaminara, se instaló definitivamente en San Carlos Centro, en la provincia de Santa Fe. Se plantó allí para encarar el proyecto de su vida o su proyecto de vida. Ni más, ni menos que construir una fábrica de cristal. Y vaya si lo consiguió, en 1950 fundó Cristalería San Carlos.
Desde entonces, Cristalería San Carlos, atravesó los mil y un escenarios de nuestro país, pero nunca dejó de producir piezas únicas de cristal. Una fábrica hija la inmigración, la pos guerra y el oficio, recibió desde sus comienzos a jóvenes muy jóvenes para aprender el oficio casi mágico, de alquimistas y artesanos: el oficio de soplar y moldear piezas de cristal.
Osvaldo Savino es uno de estos magos. Llegó a Cristalería San Carlos con 14 años y trabajó
durante 52 años. Aprendió el oficio de cristalero y lo enseñó a otros. Tiene 69 años de edad y mil historias para contar. Además, es un placer escucharlo. Con ustedes, un hombre del cristal.
Una invitación:
En el Espacio CulturalUniversitario, ubicado en San Martín 750 se presenta, entre otras muestras, una exposición sobre el patrimonio tangible e intangible de la histórica Cristalería San Carlos. Se exhiben diferentes piezas de la cristalería, fotografías e instalaciones de arte que hacen a la historia de la fábrica.
Las muestras pueden visitarse hasta el mes de mayo, de martes a viernes de 10 a 18 horas y los sábados de 10 a 19 horas.
Un adelanto…
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