El viernes pasado Fito & The Killer Burritos hicieron temblar las paredes del Dixon. Fue en un show a beneficio de los inundados. Para resaltar: un playlist cargado de recuerdos, la frescura de una formación nueva, local y contundente pero sobretodo el rock, mucho rock.
FITO & THE KILLER BURRITOS
Viernes 6 de abril 2007
Willy Dixon
“Esto ya fue, antes, hoy y después…” Afuera llueve y los fantasmas de la inundación reaparecen, el viernes santo se funde en la madrugada de un sábado eufórico: un nuevo show de Rodolfo Paez comienza en nuestra ciudad, su ciudad, la ciudad de los pibes sin calma. Entonces “nada que hacer, solamente mover la cabeza al revés”.
Los pibes (y no tanto) que lo acompañan esta vez son los Killer Burritos, esa banda de rock de acá a la vuelta, la que nunca se fue, la que lidera el muchacho que nos hace reír todos los mediodía por la radio. Entonces los “olé, olé, olé, olé” del publico son repartidos. A veces van acompañados de un “Fito, Fito” y otras tantas de un “Coki, Coki”.
El recital empieza de manera aplanadora. Los teclados están ahí, bien al frente, pero por ahora no son necesarios. La nueva banda le sienta más que bien a Fito que sale al stage con la viola colgada y dispuesto a sacudirnos un poco de entrada. Y lo logra acudiendo al recuerdo, a esos temas que escuchábamos en el walkman mucho antes de que la sigla mp3 existiera. El público salta, corea los “Uoh, oh, ooh ohh” de La ciudad de los pibes sin calma y saca del inconsciente la letra de Narciso y Cuasimodo para acompañar la divina propuesta rockera.
Después de una exquisita versión de Naturaleza sangre, del último corte Enloquecer y luego de la sorpresiva Delirium tremens (la joyita del playlist), Fito dejará el escenario por un rato, pero sólo él se irá. Es tiempo de escuchar a Coki & The Killer Burritos. El delirium entonces no para y los primeros acordes de Perdida sacuden hasta al mismísimo Pappo que, retratado sobre una de las paredes del local, se presta a escuchar al pibe de la voz de oro.
Fito vuelve y nos hecha un electrónico cable a tierra como preámbulo a una seguidilla de hits que no parará hasta el final: El combo Circo beat + Tercer mundo logra que más de uno (y una) se saque la remera, prendas que serán revoleadas al compás de A rodar mi vida hasta llegar a los bises.
El hecho de que la mayoría de los allí presentes jamás haya ripeado Mariposa tecnicolor para cargarla en sus ipods (o como dice mi amigo Juan Cruz: pitutos), no va a ser excusa para no cantarla de principio a fin y terminar el recital bien arriba con todos bailando.
Resumiendo, luego de la suspensión del Festival Rosario Música (en donde Fito & The Killer Burritos pensaban hacer su primera presentación en vivo), los pibes igualmente no se calmaron y lograron juntar 800 kilos de comida para los damnificados por las inundaciones, brindaron un show por demás de emotivo (que repetirán en un par de semanas en el estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires) y por sobre todas las cosas, lograron una comunión arriba del escenario que renueva y le da a los temas de Fito una frescura que por ahí andaban necesitando.
Matías Bordione para MTQN
FITO & THE KILLER BURRITOS
Viernes 6 de abril 2007
Willy Dixon
“Esto ya fue, antes, hoy y después…” Afuera llueve y los fantasmas de la inundación reaparecen, el viernes santo se funde en la madrugada de un sábado eufórico: un nuevo show de Rodolfo Paez comienza en nuestra ciudad, su ciudad, la ciudad de los pibes sin calma. Entonces “nada que hacer, solamente mover la cabeza al revés”.
Los pibes (y no tanto) que lo acompañan esta vez son los Killer Burritos, esa banda de rock de acá a la vuelta, la que nunca se fue, la que lidera el muchacho que nos hace reír todos los mediodía por la radio. Entonces los “olé, olé, olé, olé” del publico son repartidos. A veces van acompañados de un “Fito, Fito” y otras tantas de un “Coki, Coki”.
El recital empieza de manera aplanadora. Los teclados están ahí, bien al frente, pero por ahora no son necesarios. La nueva banda le sienta más que bien a Fito que sale al stage con la viola colgada y dispuesto a sacudirnos un poco de entrada. Y lo logra acudiendo al recuerdo, a esos temas que escuchábamos en el walkman mucho antes de que la sigla mp3 existiera. El público salta, corea los “Uoh, oh, ooh ohh” de La ciudad de los pibes sin calma y saca del inconsciente la letra de Narciso y Cuasimodo para acompañar la divina propuesta rockera.
Después de una exquisita versión de Naturaleza sangre, del último corte Enloquecer y luego de la sorpresiva Delirium tremens (la joyita del playlist), Fito dejará el escenario por un rato, pero sólo él se irá. Es tiempo de escuchar a Coki & The Killer Burritos. El delirium entonces no para y los primeros acordes de Perdida sacuden hasta al mismísimo Pappo que, retratado sobre una de las paredes del local, se presta a escuchar al pibe de la voz de oro.
Fito vuelve y nos hecha un electrónico cable a tierra como preámbulo a una seguidilla de hits que no parará hasta el final: El combo Circo beat + Tercer mundo logra que más de uno (y una) se saque la remera, prendas que serán revoleadas al compás de A rodar mi vida hasta llegar a los bises.
El hecho de que la mayoría de los allí presentes jamás haya ripeado Mariposa tecnicolor para cargarla en sus ipods (o como dice mi amigo Juan Cruz: pitutos), no va a ser excusa para no cantarla de principio a fin y terminar el recital bien arriba con todos bailando.
Resumiendo, luego de la suspensión del Festival Rosario Música (en donde Fito & The Killer Burritos pensaban hacer su primera presentación en vivo), los pibes igualmente no se calmaron y lograron juntar 800 kilos de comida para los damnificados por las inundaciones, brindaron un show por demás de emotivo (que repetirán en un par de semanas en el estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires) y por sobre todas las cosas, lograron una comunión arriba del escenario que renueva y le da a los temas de Fito una frescura que por ahí andaban necesitando.
Matías Bordione para MTQN
6 comentarios:
la foto es de la web www.coki.com.ar
Increible!
Muy buena fusion entre fito y los killer burritos...esperemos haya mas!!!
saludos!
Feche!
al colón! al colón!
Fito Paez deberia ser ilegal, es una droga exclusiva para los tarados. habria que erradicarlo velozmente antes que contagie a mas inocentes.
va a haber mas ... se presentan en breve en obras ... avisamosasi el cuidador del zoo tambien hace campaña
jajaja... yo brindo por la libertad de expresión... por la "legalidad" de los blogs que se jactan de tenerla clara sobre todo lo que acontece en esta "fauna urbana" y nos "cuidan" de las bestias que andan por ahí sueltas... por la despenalización de la idiotez... salud!
Publicar un comentario