La arquitectura que practica Caballero es de una infinita sutileza y de una gran inteligencia. Es esa arquitectura que pasa casi desapercibida, lejos de pirotecnias formales, pero que no deja de asombrar una vez descubierta, que inevitablemente atrae la mirada inquieta que busca en los mínimos recursos utilizados por su autor, toda la fuerza y la belleza de lo justo, puesto en el lugar exacto.

Después de varios concursos ganados que no se construyeron (como el la sede de la EPE en Rosario, de 1999), la ciudad y la región se fueron poblando poco a poco de su exquisita arquitectura: varias viviendas unifamiliares en nuestra ciudad y en poblaciones cercanas, el edificio de Brown y Ricchieri, la consecionaria de bicicletas de calle Eva Perón, se suman a la primera obra que atrajo la atención sobre su producción. Nos referimos a la intervención en la pequeña plaza de Mendoza y Ayacucho, del año 1991. Allí, fiel a su pensamiento, Caballero decide operar sobre las huellas que la gente trazó en el uso cotidiano de ese espacio. Su actuación se materializa con una rampa y dos escaleras, colocadas aparentemente al descuido, pero que dieron estructura y sentido a una porción de tierra que parecía tener el inevitable destino de baldío.
De sus últimas obras, vale la pena destacar una consecionaria de cosechadoras sobre la ruta 33, cerca de su ciudad natal. De ella dice Juan Manuel Rois en su texto “Galpones y carteles”:
“Un cartel con un gran espacio interior, o un galpón con una gran pantalla publicitaria. Un híbrido que toma lo mejor de las dos tipologías: la visibilidad del cartel y la especialidad utilitaria del galpón. Con un simple y preciso movimiento geométrico, la planta rectangular del galpón se abre en diagonal hacia la ruta y en deformación perspectívica intensifica el cono visual que multiplica la potencia visual del artefacto.”
Entre los concursos que ganó en los últimos años figuran varios proyectos urbanos, tanto en Rosario como otros puntos del país. Esta experiencia en el manejo de espacios a gran escala se ve reflejada en el trabajo de mayor envergadura salido de su estudio: el conjunto Cuidad Ribera, en Puerto Norte, donde buscó plasmar el delicado equilibrio entre la intervención privada y los intereses públicos a escala de la ciudad.
Este jueves, para hablar de la obra de Gerardo Caballero, nos acompaña el arquitecto Marcelo Villafañe.