08 octubre 2009

El disco más Radio Universidad del año

Prolífico, melancólico hasta la sospecha, autobiográfico, frágil, incandescente, Lisandro Aristimuño está parado en un lugar equidistante entre el pop sinuoso de un Lucas Martí y la poética juglaresca de Gabo Ferro. Estos tres artistas -Martí, Gabo y Aristimuño- están definiendo los perfiles de la canción pop (en un sentido amplio) actual a través de obras valientes, inteligentes y obcecadas.
En este cuarto disco Aristimuño parte de su región de origen, la Patagonia, como un lugar mitológico que con sus crónicas del viento le da sentido a una obra singular, por momentos experimental y épica, que abreva en el folclore, que incursiona en la electrónica y que sabe a rock argentino. Es en la búsqueda sonora de ese mix -logrado con sofisticación y originalidad- y en la entonación siempre al borde del quiebre, donde Aristimuño encuentra una solidez que se sobrepone a cualquier bache, a cualquier desnivel. Que los hay, y más en un álbum doble de canciones nuevas.
Las crónicas del viento son dos discos: el Capítulo I se escucha más elaborado y más ambicioso tímbricamente, con una precisa utilización de cuerdas y un despliegue de invitados en el que destacan Fito Páez en el bellísimo vals Desprender del sur y Diego Frenkel en el rapeado de ¿Y vos adónde vas? En el Capitulo II Aristimuño libera más al cantautor: toca todos los instrumentos y emprende si se quiere un camino spinetteano (evocan a Spinetta algunos acordes y hasta los títulos de ciertas canciones: Todas las hojas del jardín, Fecundación...). Sin embargo, la poética por momentos aparece desflecada entre imágenes oníricas y frases prosaicas que casi siempre apuntan a situaciones de nostalgia y pérdida.
Por mérito propio, por obra, por proyección, Lisandro Aristimuño se despega como la gran esperanza dentro de un panorama local que se muerde la cola entre regresos, homenajes y covers. A los 31 años, su cantera invita a detenerse en este puñado de canciones bien tocadas, sensibles y honestas.«
Por Mariano del Mazo para Clarín

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