24 febrero 2014

El chico Beto se va al mundial - Colectivo Jipi



Hola querido primito Hugo:
Acá el chico Beto en plena procesión interna y externa te dedica estas líneas para mi futuro libro: “Hecho pelota: Apuntes del chico beto en su peregrinación de La Serena a Río de Janeiro”. Andá anotando, esto es un beseler como dicen los yanquis (creo que significa disco de oro).
                                           Como te escribí al principio arranqué pal mundial y primero pasé por Coquimbo a Visitar a la tía Teresa, tu madre, y me dio un par de vituallas para vos: Tres pares de medias, un tuper con almejas a la provenzal y 500 dolarucos para que saldes tus deudas. De ahí pasé por matagorda y me crucé con un colectivo jipi/argento, se hacen llamar “los bailarines de la brisa” porque bailan con el sonido del viento, un viaje aristotélico, que quiere decir al espacio.
                                           Lo que me sorprendió es que no iban en ómnibus (o colectivo como me dijiste que le dicen en Argentina) sino en bicicleta pero al parecer cuando se juntan un montón de jipis, se hacen llamar colectivo porque lo único que hacen es colectar lo que otros tiran o pedir colectas para solventar su arte, que es el arte de no hacer nada. Unos genios.
                                          Lo que te quería contar es que me hice muy compinche de estos chicos y un día me ofrecieron unas flores que ellos fuman. Para ser más exacto me dijeron “pegamos flores” y yo pensé que hacían collares con crisantemos, como el primo David, pero no, “pegar flores” es pegar porro que no sea del paraguay. Así que nos fumamos esas flores y, entrada la noche, nos agarró el hambre y, te pido disculpas, no teníamos otra cosa que las almejas que me había dado la tía Teresa, tu madre, para vos. Nos comimos las almejas y le pasamos la lengua al tuper que después vendimos para comprar unos muffins de postre.
                                         Igualmente, no todo ha sido pérdida, me regalaron una cuerda de un cuatro colombiano para que te hagas una “tobillera de la hermandad” que viene a ser como una cuerda de guitarra atada al tobillo.


Ya estoy llegando a Putaendo, la capital Patrimonial del Aconcagua. Desde ahí te escribo nuevamente.

Te quiere
El chico Beto

PD: De los 500 dolarucos quedan 450 porque tuve que pagarme el pasaje a Putaendo, aunque no lo creas el negocio de los sahumerios culinarios no da réditos.

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