26 enero 2010

Nueva grabación encontrada de Neil Young

El viernes pasado, en plena transmisión del teletón por Haití, se vio a un hombre desgarbado y viejo tocando la guitarra junto a Dave Matthews. Era nada menos que el legendario Neil Young, que en la última semana tuvo una reaparición triunfal en las disquerías locales, con un nuevo hito de su antológica serie (aún en proceso de construcción, como los websites) Archives Performance Series.


El plan del buen Neil es un proyecto que arrancó a fines de los años ochenta, primero con declaraciones en reportajes sobre su intención de hacer público material inédito y grabaciones en vivo. Luego, lo fue concretando lentamente, para alegría de sus fieles fans de todo el mundo. Hoy queda en claro que este exhaustivo y completo trabajo tiene cuatro niveles: “Box Sets” (cajas con diez CD y diez DVD), “Performance Series” (rarezas de conciertos) y “Special Edition” (¡álbumes inéditos!), además de las clásicas reediciones oficiales.
Este impresionante Dreamin’ Man Live 92 pertenece a las Performance Series, donde antes salieron Sugar Mountain Live at Canterbury House 1968, Live at the Riverboat 1969, Live at the Fillmore East y Live at Massey Hall 1971. Posee una diferencia sustancial: no es el registro de un recital específico, sino de las mejores tomas de la gira que realizó antes de entrar en estudios para registrar su antológico Harvest Moon, su álbum posterior al rockero Ragged Glory, tras recuperarse de un grave problema auditivo y decidir volver al sonido de la guitarra acústica, el banyo, la armónica y el piano, tal como había hecho en 1972 con su popular disco Harvest... El resultado fue uno de sus trabajos más exitosos en años, además de ser una entrañable muestra de folk y country.
Y si bien en Dreamin’ Man Live 92 aparecen todos los temas de Harvest Moon, están en otro orden y algunos con arreglos levemente diferentes. Aun así, es una excelente versión alternativa, totalmente despojada (el álbum de estudio tenía coros de Linda Ronstadt y James Taylor, por ejemplo), superior al posterior Unplugged, que ciertamente ya era muy bueno. El tema central (“Harvest Moon”) y “Such a Woman’’ suenan aún más contundentes aquí, sin músicos adicionales.
Despojadas hasta lo más mínimo, las diez canciones suenan poderosas, llenas de alma, convicción y fuerza. Por entonces, Neil Young tenía unos 46 años y el hilo conductor eran sus consideraciones sobre el amor y el paso del tiempo, confirmando la continuidad de su pareja, quejándose sobre las amistades perdidas y apuntando también a los temas ecológicos. No parecen ser bocetos previos, sino las composiciones ya terminadas, tocadas en vivo con las variaciones lógicas del caso.
“Nunca intenté quemar ningún puente", canta aquí uno de los cantautores con más puentes incendiados en la historia del rock, quizás por defender siempre sus instintos y conseguir actuaciones y grabaciones donde su honestidad y sinceridad están a prueba de fuego. Porque quizás fue dejando atrás caminos que no volvió a transitar, pero al mismo tiempo fue construyendo una obra única y fascinante que sobresale tanto en sus variantes más eléctricas (con Crazy Horse y Pearl Jam) como estas soberbias instancias acústicas.

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