El ¿chico? Beto

Querido primito Hugo:

Tengo miedo weón! No sé cómo voy a zafar de esta, me metí en una escaramuza de la santa Cecilia. Te cuento un poquito y rapidito.

Estoy encerrado en una cueva esperando el veredicto de una tribu brasilera que decide si me dejan libre o si… dunga dunga. Cuando digo dunga dunga sabés a que me refiero, no es el ex técnico de la verde amarela sino que me van a hacer el amor por retaguardia.

Todo esto viene de un malentendido muy grosero, yo me fui de la Argentina en pelotas porque los coatíes me habían afanado hasta lo que no tenía, me acostumbré a vivir en la selva en pelotas. No hay sensación como la brisa mañanera en los testículos.

Ayer, mientras realizaba mi caminata diurna por estas tierras vegetadas, a lo lejos vi a una señorita bañarse en una cascada de lo más hermosa, ella también estaba desnuda, me acerqué a la cascada y le ofrecí toda mi humanidad. La acpetó. Nos amamos tórridamente por el transcurso de media hora. Me ofreció volver a su tribu, yo acepté porque andaba medio hambriento.

Apenas llegué me di cuenta de que algo andaba medio como el ocote, es que el jefe de la tribu era su padre, un tipo grandote, enorme por donde se lo mire y muy celoso. Al parecer Rosa preta, así se llamaba ella, tenía todo arreglado para casarse con bolas fresquiñas, el hijo de una tribu vecina. Como te dice el nombre, bolas fresquiñas era un bolas frescas y rosa preta no quería saber nada.

Apenas me enteré de esto quise escapar pero la muy desubicada de Rosa le dijo al padre, el enorme batata preta, que acababa de perder su virginidad conmigo y que quería seguirme al mundial.

A Batata no le gustó mucho la idea y me dijo que la única forma de dejarme ir iba a ser si le devolvía lo que les había robado, la virtud de su hija. Le dije que eso era imposible y Batata esbozó una sonrisa jocosa y me dijo que esperara acá, en esta cueva, que algo se les iba a ocurrir.

Me parece Huguito, que antes de que se de el puntapié inicial, yo ya pierdo el invicto.

Te saluda enterito

El ¿chico? Beto